“Es la muerte, rogad por mi para que venga pronto y sea
buena. He sido un instrumento en las manos de la
Providencia, que me ha puesto en el mundo para servirla.
He vivido unos años y luego súbitamente, la Providencia ha
alargado su mano para hacerme entrar en su arca. Un poco
más y ciertamente estaré en el coro cantando el Aleluya,
aleluya.”
Kierkegaard estudió teología en la Universidad de Berlín (1830). Tras la muerte de gran parte de su familia, llegó a maldecir a Dios. Rompió su noviazgo con su prometida Regina (1841). Durante su vida intelectual y académica, contraatacó la filosofía de Hegel y de los hegelianos, puesto que dejaban a un lado lo individual y concreto, lo propiamente del sujeto, privilegiando lo universal y abstracto. Por otra parte, atacó a la iglesia luterana danesa por su cristianismo diluido.
Planteamientos.
0.- La existencia es real, indefinible y en cierto modo impensable. La esencia es ideal, pensable y definible.
La verdad no es el puro pensamiento, sino subjetividad. Desde la subjetividad, parte Kierkegaard con su crítica al sistema hegeliano y contra la teoría del conocimiento en general, por considerarlo como una distracción.
1.- Lo único existente el es individuo y sus posibilidades (de ser).
2.- El individuo posee una existencia sufrida, solitaria, una soledad trágica, determinada no por necesidad, sino por una posibilidad.
3.- Hay un mundo lleno de posibilidades y entre ellas el ser humano debe elegir y elegirse a sí mismo, lo cual le provoca una angustia y le lleva a la desesperación; una enfermedad mortal del espíritu humano equiparada con el pecado original que es universal.
El remedio o antídoto ante tal enfermedad, es la fe cristiana, que permite que el hombre se salve ante la desesperación, dando un salto hacia Dios, en quien todo es posible.
Los tres estadios como modos de ser de la existencia humana regidos por la ley de la alternativa; lo uno o lo otro, existencial más que racional.
El paso de un estadio a otro se consigue por medio de un “salto de fe”, motivado por la angustia como temor a la nada.
- Estético: corresponde al dejarse llevar por los placeres momentáneos, es un hedonismo, una búsqueda incesante de placer, de carácter aumentativo, llegando a conocer y experimentar nuevos deseos, que generan fracaso y dolor. Es propio del hombre natural que saborea el gozo de la vida a costa de evitar el ocio y el aburrimiento. Hay una existencia libertina y una falta de compromiso personal y con los demás mediante una negación al matrimonio para constituir un hogar. Lleva a la desesperación y a la condenación.
El hombre en el estadio estético no es libre, sino esclavo del placer, del deseo, por lo tanto siente y vivencia una profunda angustia de querer volver revivir tal o cual placer.
- Ético: aquí está la buena conciencia. Corresponde a la vida en sociedad, según las normas y leyes establecidas y sobre todo, por el matrimonio que establece la familia como núcleo de la sociedad. Con el matrimonio se consigue la vida ética. Hay un compromiso con el deber y las obligaciones sociales y religiosas.
- Religioso: aquí es donde el ser humano se “juega” la existencia. Es el estado máximo donde el ser humano tiene su realización, salvación y felicidad plena. Consiste en dedicar (consagrar) la vida a Dios, someterse a él y alcanzar la verdadera libertad.
Influencia: Kierkegaard, si bien pudo no haber sido reconocido ni valorado en su país, su pensamiento trascendió a Escandinavia y a Europa, influyendo por ejemplo en el escritor judío-checo Franz Kafka (autor de La Metamorfósis), en el filósofo alemán Martin Heidegger y en el filósofo español Miguel de Unamuno.
Obras:
- O lo uno o lo otro (1843)
- La Repetición (fines de 1843)
- Temor y Temblor (fines de 1843)
- Migajas filosóficas (o fragmentos filosóficos, 1844)
- El concepto de la angustia (1844)
- Estadios en el camino de la vida (1845)
- La era actual (1846)
- Apostilla de las Migajas Filosóficas (1846)
- Discursos edificantes (1848)
- Discursos cristianos (1848)
- Los lirios del campo y las aves del cielo (1849)
- La enfermedad mortal (1849)
Bibliografía
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